Juegos de Voz y Percusión

Con este cuaderno el autor quiere aportar su visión personal al difícil campo de
la enseñanza de la música.
Si nadie discute la importancia de secuenciar debidamente los contenidos
rítmicos y, a grandes rasgos, existe un cierto consenso en cuanto al orden seguido para
incorporarlos a los textos, no ocurre lo mismo con respecto al criterio por el que se suele
establecer la ordenación melódica en su parámetro altura.
Nuestra propuesta parte de la armonía. Serán las funciones armónicas las que
marquen la pauta a seguir. La melodía será su consecuencia natural.
De esta forma la escala, en sus distintos tipos, pierde protagonismo. Tampoco se
da importancia a intervalos o acordes descontextualizados del micromundo tonal, su
ámbito natural. Del acorde no interesa su tipología sino su función armónica, y del
intervalo, no las notas sino los grados que lo forman.
Además de la armonía, otro aspecto que se ha cuidado especialmente es la
estructura interna de las frases. Cuatro u ocho compases es la norma seguida para la
formación, con pocas excepciones, de todos los materiales que aparecen en el libro.
Lo expuesto en los párrafos anteriores, junto con la secuenciación seguida para
la presentación de las distintas figuras rítmicas, resume la metodología que se sigue en
el cuaderno.
Las diez unidades didácticas de que consta el libro siguen un esquema basado en
cuatro puntos:
1. Para cantar. Sencillas canciones, a una o varias voces, en las que se presentan
los elementos rítmico-melódicos que se trabajan en la unidad.
2. Juegos rítmicos. Frases con textos ritmados, percusión corporal, cánones
rítmicos, etc.
3. Desarrolla tu creatividad. Improvisaciones, creación de melodías, aplicación
de textos a melodías y de melodías a textos, inclusión de percusión corporal para
acompañamientos, etc.
4. Lectura rítmica. Ejercicios de rítmica y lectura de notas con las dificultades
propias de cada unidad.
Con estas ideas se han elaborado los materiales que componen el cuaderno.